NaNoWriMo: La temible semana Dos

La verdad es que esta semana Dos empieza vaga, yo estoy segura de que ha venido por la noche a robarme la inspiración (gracias al cielo que tengo apuntado lo que quería hacer). Bueno, y luego está eso, ¿para qué hago yo un esquema, si de repente decido cambiarlo todo, inventarme una cosa y hacerme un lío?  Que a ver, sé sacarme yo solita de los fuegos que creo, y siempre podía darle a backspace (pero durante el NaNo está prohibido). Si en el fondo me gusta el cambio... PERO NO ME LO ESPERABA NO ME HAGAS ESTO UN LUNES A LAS 10 DE LA MAÑANA CEREBRO!...
(Os habéis dado cuenta que uso esto para desahogarme, verdad?)

Además, he tenido un par de giros inesperados que sin embargo me han resultado agradables, dan un poco mas de profundidad a los personajes y hacen que se pasen por el forro eso de la moral y vivan a base del ojo por ojo (algunos). Pregunta curiosa por si alguien lee esto y quiere debatir, pero... ¿sentiríais compasión por un asesino?


 

"Era horrible sentir compasión de un asesino" Y de qué asesino hablamos, Clarya? ¿Del que mata brujas sin motivo o de la que quiere matar al hombre que impuso esa ley?

Bueno, dejemos eso aparte. Digamos que la historia avanza a pasos escalonados, estos días además voy a estar sola por la mañana y apenas cogere libre una hora para ir a jugar al mus. Y que voy genial, es decir, hoy he escrito la friolera de 3513 palabras y por la tarde solo tengo 2 horas de clase, y no echan nada por la noche. Voy a tener que escribir cosas y acabaré cagándome en sus muertos, pero podría decirse que la temible semana dos acaba de pasar de ser una pantera a ser un precioso lindo gatito.

De momento tampoco presento síntomas de abandono, lo cual es un consuelo. Supongo que como ya llevo años con la dichosa novela, tampoco me veo capacitada, cuando estoy tan cerca del final (es que tan cerca que puedo olerlo, que me quedan 7 capítulos), que no me veo capaz de dejarla. Está todo enfilado, está todo para finalizar y acabar... No voy a quedarme con la miel en los labios. Esta novela se acaba, y se acaba ya.
Vale, eso sí que me pone nerviosa, la sensación de final me acaba de partir en dos.

Pero bueno, rebuscando y viendo que el pánico a la semana 2 es normal, en el foro del NaNo me he encontrado con un lema bastante gracioso que va a ser mi avemaría hasta el resto de mis días como escritora. Y ahora os lo presento.
I am the Commander of these words.
I am the King of the story.
I am the God of this place.
I am a Writer, and I will finish the shit that I started.
Amen.
Así que sigamos adelante! Y que el NaNo nos de fuerzas.
Y, por supuesto, un poco de spoiler del extra para que vivais felices mientras yo lloro en la amargura. Disfrutad.


         - Yo sé quién cantó anoche- Rió el cartógrafo, lo que me causó un mal presentimiento. Intenté mantener mi cara lo mas seria posible, con la mente y la vista puestas únicamente en el rey de corazones que había colocado en la mesa. Ni siquiera me veía capaz de alzar la mirada para ver a Tao mirarme con curiosidad.- Ayer el cuarto del capitán parecía tener… mucha actividad.
Hubo risas generales, aunque pude notar que los puños de mi hermano se crispaban ligeramente. Hice un gesto sutil con la cabeza para decirle que no había sido yo, aunque no sabía si llegaría a creerme.
Las fichas y las cartas siguieron cambiando de manos. Por desgracia, el tema de conversación no cambió.
- La verdad, ya era hora de que se diera un capricho, comenzaba a volver a ponerse insoportable.- Reía el cartógrafo.- No hacía más que mandarme rutas alternativas y planear vientos. A ver si se relaja un poco con su nueva compañera.
- ¿Viste algo? ¿Qué tal es?
- Qué va, solo la toalla en el suelo y un vestido de mujer. ¿necesitaba algo más?
Agradezco la incapacidad de los hombres para distenguir un vestido cuando lo ven. Si no fuera así, ahora sí que estaría en problemas.
Empecé a enfilar mi victoria mientras íbamos moviendo cartas y fichas, y Tao se sentó un poco más relajado en su silla, tomando un poco de su café.
- Bueno, teniendo en cuenta su anterior elección, seguro que la chica es de lo mejorcito del Lhanda. Tal vez mejor.
- No sé qué decirte, Clarya dejó el listón muy alto. Sus gemidos eran muy agudos.
Alcé la vista sobresaltada, notando cómo mi hermano volvía a crisparse y se atragantaba con la bebida. ¿acaso no podían dejar la boca callada? Eran unos cotillas y claro, lo estaba pagando yo.

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