Vientos de cambio {FanDrabble}

Acabé el four by flash con algo que yo pensaba que iba a ser el relato para el reto de "Te robo una frase" que propone Ramón desde Jukeblog, pero no sé qué pasó a mitad que mis dedos decidieron tener vida propa y acabaron en esto.
Me di cuenta que era muy similar a la "esencia" de El Nombre del Viento así que decidí dar un giro total a la historia y volverlo lo que veis ahora. Ni siquiera sé qué habría pasado si no, pero bueno. Al menos escribí algo y fue entretenido. Aviso que carece de spoilers a no ser que los consideréis los nombres de las ciudades que aparecen en el libro y poco más.
Tras varios, varios años, se ha perdido la magia del mundo que Patrick Rothfuss nos presenta, se ha olvidado...
Pero no del todo.

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Le encantaba ver a sus amigos jugar en el parque volador, porque siempre se dedicaban a escuchar el viento en los objetos más peculiares. Escuchaban la vibración de una hoja con la misma facilidad con la que pegaban su cabeza a la madera para sentir el rumor que se levantaba con cada brisa, elevando una milésima las astillas de los bancos que rodeaban al parque.

Era su juego particular, corrían como nunca y seguían la brisa alrededor de un patio que parecía atraer al viento más que cualquier otra parte de la ciudad. Saltaban a los árboles para perseguir al viento, intentando sentir, como los héroes de su historia, cada parte del viento hasta poder comprenderlo a la perfección.

Llevaban años sin llegar nadie capaz de escuchar el viento, mucho menos de pronunciar su nombre. Por eso les gustaba tanto creerse tan fuertes como el hombre de leyendas, Táborlin el Grande, o como el mismísimo Kvothe, el asesino de reyes.

Vivían con aquel sueño, aquel imposible. Ni siquiera la simpatía parecía funcionar ya. La magia había desaparecido, se había esfumado. Las palabras se habían perdido.

En aquella época de tecnología y ciencia, la magia parecía que ni era importante. Ni siquiera se temían las noches sin luna. La calma, la monotonía, y el silencio, dominaban el mundo.

Pero había oídos que no habían olvidado. Había ojos dispuestos a buscar. En los lugares más recónditos, siguiendo las historias, siguiendo las leyendas. Perseguían al viento con más eficacia con la que ningún adulto había hecho en siglos.

Porque entonces, en una pequeña plaza en una de las ciudades que antes se había conocido como Treborn, cuando ya nadie creía en la magia, mucho tiempo después de que el último dragón hubiera muerto. Entonces, un joven escuchó el rumor del viento, una palabra atravesando su cuerpo. Vio la brisa y sintió cada movimiento como si fuera suyo propio.

El niño abrió la boca, dispuesto a pronunciar las palabras que el viento le indicaba para ver si era capaz de crear una suave brisa.

Y surgió un huracán.

Los vientos de cambio habían llegado.